martes, 5 de enero de 2010

Postulación a las universidades chilenas

Este año 252.000 jóvenes rindieron la PSU, con un crecimiento de 10.000 alumnos más que el año pasado.

Las principales universidades privadas como la U. Mayor, la U. del Desarrollo y la U. de los Andes terminaron el segundo día de inscripción con el 100% de sus matrículas cerradas. Otras, como la U. Diego Portales, la U. Andrés Bello y la U. Central también tienen casi completada su oferta académica. De los 354 puntajes nacionales del país en la PSU, 44 (12%) optaron por las universidades privadas. Los principales motivos manifestados fueron el prestigio de estas casas de estudio y, sobre todo, los beneficios económicos que les ofrecían al postular.

El uso de redes sociales, como Facebook y Twitter, para atender las consultas de los postulantes y la duplicación de las estaciones de servicio fueron algunas de las medidas que implementaron las casas de estudio, ya que algunas de ellas tenían a postulantes esperando desde la madrugada. Los alumnos ahora compiten por un lugar en la educación superior privada por orden de llegada, igual que en una liquidación de ropa o un recital musical. Este mecanismo competitivo crea ansiedad, ejerce presión y miedo a quedarse sin matrícula en los egresados de los colegios.

Preguntas: ¿Los alumnos ya no están decidiendo entre universidades privadas y tradicionales, sino que entre universidades de excelencia y las que no lo son?, la premisa será ¿Lograr un cupo a como dé lugar? o ¿Las universidades privadas con más postulantes son las más solicitadas y mejores? ¿Es resultado del marketing realizado?

Las universidades tradicionales, en cambio, no matriculan por orden de llegada, sino que seleccionan previamente a sus alumnos y los que se matriculan son sólo los seleccionados quiénes tienen su cupo asegurado, dentro de un plazo. La universidad privada Adolfo Ibañez ocupa el mismo sistema.

Este sistema de “liquidación de matrículas” ejercido por las privadas tiene sus complejidades porque un postulante matriculado en una privada legalmente puede renunciar y cambiarse a otra si quedó en una tradicional, las que entregan sus resultados en fechas posteriores. Por otra parte, una matricula hoy no asegura fidelidad del alumno. No se debe olvidar que decisiones apresuradas generan posteriores deserciones porque la competencia sigue vigente y el verdadero “negocio académico” está en la fidelidad y la retención de sus alumnos por la excelencia académica entregada. La matrícula es sólo el inicio de un proceso de relación entre el alumno y la institución.

Lo curioso es que en esta “guerra por captar alumnos”, casi ningún instituto profesional o centro de formación técnica ha manifestado presencia competitiva, por lo menos en este período, a pesar de la necesidad manifiesta y creciente de profesionales y técnicos en el campo laboral. Parece que los jóvenes quieren un título universitario donde sea y como sea.

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